El ambiente tiene olor a soledad la luz tenue de la calle solo me deja ver las sombras de las personas que van y vienen, las hojas de los arboles destilan gotas de lluvia, ya son casi las diez y solo me acompaña la luz de la luna y la negra noche, el único sonido que escucho son mis pasos en la acera y los latidos de mi corazón
A pocos metros veo una silueta que se deja ver poco a poco mientras avanzo en mi camino, es un hombre delgado, de rostro tosco, mirada fría no me ha saludado, no me ha dicho buenas noches, lo único que hizo fue mostrarme que dentro de su chumpa negra tiene una pistola.
Aun no se como logre escapar solo se que mi guía estuvo allí en el momento preciso, nada paso nada se llevo.
Cierro mis ojos y deseo con todo mi corazón que en mi pequeño país pudiéramos caminar sin alguna pena, sin miedos, sin angustias en lugar donde exista la armonía y la paz.
Algunas noches aun escucho solo mis pasos y los latidos agitados de mi corazón esperando el encuentro de esa alma apoderada por el ego que busca la felicidad en un mundo material.
